La compra de un inmueble en el Uruguay no ofrece ningún problema para extranjeros. El gobierno fomenta las inversiones desde el exterior, las que cuentan con protección estatal. Los inversores extranjeros gozan de los mismos derechos que los ciudadanos uruguayos y pueden ejercer todo tipo de actividad.
Las inversiones en inmuebles no están sujetas a ningún tipo de restricciones. Para la adquisición usted necesita solamente un pasaporte vigente. La presencia personal en el Uruguay tampoco es forzosamente necesaria. Con un poder notarial, una persona de su confianza puede encargarse de la compra.
Previo al contrato de compraventa generalmente se realiza una así denominada “reserva”. Con esta reserva ambas partes se comprometen a una multa en relación al contrato del 10%, en algunos casos incluso hasta el 20%, que debe abonar la parte que incurra en un eventual incumplimiento. El comprador deposita el importe de la multa convenido, en calidad de garantía, en una cuenta fiduciaria del escribano. El vendedor a su vez entrega toda la documentación, inclusive el título con lo que quedaría excluida la posibilidad de una siguiente venta a un tercero.
A continuación de la reserva se realiza la revisión notarial en los distintos registros y del régimen de tenencia, lo que demanda unas 6 a 9 semanas. Con respecto a la demora de esta revisión es decisivo también el plazo convenido en la reserva.
En el momento de la firma del contrato de compraventa el precio de compra se abona directamente, contrariamente a lo que es habitual internacionalmente. Al mismo tiempo tiene lugar la tradición de la posesión haciendo entrega de las llaves.
En cada caso particular puede convenirse entre la reserva y el contrato de compraventa un tipo de promesa de compra (promesa de compraventa), que ya posibilita una ocupación del inmueble contra un pago parcial del precio de compra al vendedor, es decir, cuando en los plazos convenidos aún no se hubieran cumplido determinados requisitos.
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